“De haber conocido el COC antes, quizá no me cambio de carrera” - UNICAES

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“De haber conocido el COC antes, quizá no me cambio de carrera”

A juzgar por su promedio, las notas nunca fueron su dificultad. Graduada con Summa Cum Laude de 9.2, en la Universidad Católica de El Salvador, la joven Katya Alejandra Romero Alvarado siempre fue una estudiante sobresaliente. Una profesional con futuro. Pero lo que muchos desconocen es el trayecto, las dificultades y las contradicciones que se presentaron durante su camino. Ingresó a la Universidad en la carrera de Ingeniería Civil; dos ciclos después se daría cuenta de que eso de la ingeniería no era lo suyo.

Originaria de Ciudad Arce, Katya Alejandra estudió su bachillerato en el Colegio Belén, en La Libertad. Quizá por el tipo de educación, o más bien por la afinidad familiar, Katya viajaba todos los días con su prima para estudiar en un colegio cerca de la capital. “Viajar hasta allá era bastante difícil porque estaban construyendo la carretera Los Chorros, el tráfico que se hacía para San Salvador era ingrato. Iba con mi mochila, mis libros y a veces hasta con mi lonchera en la mano. Me costaba un mundo subirme a los buses”, recuerda.

A partir de entonces, la idea de estudiar la universidad en San Salvador se descartó. Su prima, que se graduó un año antes, ya estudiaba la Licenciatura en Mercadeo y Negocios Internacionales en UNICAES. Gracias a ella, Katya conoció la Universidad. Lo primero que le impactó de su alma máter fue el campus. Imponente. Una infraestructura elegante, en armonía con la naturaleza. Lo segundo, su oferta académica: UNICAES satisfacía los gustos científicos y académicos de la joven aspirante.

“Yo hice dos ciclos de Ingeniería Civil, mi mamá no quería que yo fuera educadora. Fue una crisis que tuve en mi momento”, confiesa Katya. Pero la experiencia, lejos de intimidar su anhelo profesional, la inspiró para retomar su idea inicial: estudiar la Licenciatura en Ciencias de la Educación, con especialidad en Educación Básica.

Durante la etapa de transición, el apoyo del Decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades fue clave. “Me dieron equivalencias de siete materias para mi primer ciclo en la carrera de educación, por lo tanto llevaba una desventaja de tres materias. El Lic. Osmín me dio la oportunidad de llevar seis materias en tres ciclos”, dice, agradecida.

Fue tal su agradecimiento que Katya no solo saldó su desventaja académica, sino que se posicionó como una de las estudiantes más destacadas de su curso. Su promedio final sumó 9.2, lo que le permitió exonerarse de su trabajo de graduación. La joven estudiante estaba preparada para emprender su nuevo proyecto. En los meses que faltaban para su graduación había decidido apoyar a su tía en un negocio familiar; pero su camino, de nuevo, tomaría un rumbo diferente.

Un día sus compañeros le pidieron que los acompañara al Centro de Orientación de Carreras (COC), pues ellos estaban en búsqueda de un lugar para realizar sus pasantías. Katya desconocía la existencia del COC – era una unidad nueva en la Universidad –, pero entendía que se trataba de un centro que apoyaba a los estudiantes en su orientación vocacional y profesional. La sorpresa sería que no solo sus amigos saldrían con propuesta de pasantía; a Katya también le harían su primera propuesta laboral.

“La coordinadora del COC me dijo que íbamos a iniciar con un voluntariado, pero que durante este tiempo iba a gestionar para que me reconocieran económicamente. No era seguro, pero ella miraba que yo podía aportar a la unidad”, comenta. Con esa promesa, la joven educadora aceptó. Comenzó a trabajar el 1 de julio de 2017, pero fue hasta el 1 de octubre que su contrato se oficializó en el Centro de Orientación de Carreras de UNICAES.

A la fecha, Katya considera que la experiencia profesional ha sido enriquecedora. “De haber conocido el COC antes, quizá no me cambio de carrera. Las asesorías vocacionales que damos son un servicio gratuito, gracias también al apoyo de USAID. Hoy por hoy, siento que el COC ha caminado bastante, ha trascendido mucho, muchos aquí nos beneficiamos del centro”, sonríe con esperanza la joven educadora.

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             Maestra Wendy de Cardona                 Docente Facultad de Ciencias y Humanidades

En mi experiencia personal, la dinámica ha sido provechosa no solo por la disposición y capacitación constante en temas educativos, sino también por el interés de la institución en brindar una enseñanza universitaria integral, tal como lo expone el modelo personalista.

Mi experiencia respecto a compartir el aula con estudiantes que poseen capacidades especiales ha sido todo un reto, ya que no solo se traba de llegar e impartir contenidos, sino de acercarse a ellos con la empatía y la prudencia requerida para identificar sus necesidades educativas, de inserción al ámbito escolar universitario y, en algunos casos, establecer estrategias diferentes para su aprendizaje, según la carrera que han elegido.

 

 

 

 

 

 

                Maestro Francisco Javier Clemente              Docente Investigador Facultad de Ingeniería y Arquitectura

Recuerdo el caso de una alumna con problemas de audición que solicitó permiso para que su madre estuviera presente para transcribir la clase. Investigué cómo incluir subtítulos en todas mis clases, asegurando su plena inclusión. Con otros alumnos con dificultades de aprendizaje, busqué métodos personalizados, logrando excelentes resultados.

Ha sido un compromiso personal y profesional garantizar la inclusividad y accesibilidad de mis clases para todos los alumnos, incluyendo aquellos con discapacidades. Me esfuerzo por conocer a mis estudiantes, identificar posibles discapacidades o dificultades en el aprendizaje y ajustar el material didáctico para respaldar diversos estilos de aprendizaje. Además, investigo y aplico tecnologías que faciliten la participación de mis alumnos.

Considero esencial que como docentes y seres humanos aprendamos más sobre educación inclusiva y mejoremos la comunicación con estudiantes que enfrentan diversos desafíos. La inclusión es crucial para que todos se sientan valorados, y esta dedicación ha transformado la experiencia educativa, creando un entorno donde cada estudiante puede alcanzar su máximo potencial.