La casa anexa - UNICAES

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La casa anexa

Santa Ana, 6:30 de la mañana. El flujo de vehículos comienza a circular por la ciudad. El ambiente está fresco, ideal para caminar. Muchos peatones se mueven de prisa, a paso firme, dispuestos a llegar a la meta final. No es un maratón, ni mucho menos una competencia de triatlón: es el inicio de la semana, que marca el banderazo de salida para ir a trabajar o estudiar.

En el vaivén de la ciudad, se acentúa la presencia de un grupo de jóvenes uniformados. Visten de blanco, pero no pertenecen a un colegio o a una institución militar. Entran y salen de una casa de corte clásico, tradicional. Un portero sonríe cada vez que uno de ellos pasa por el umbral principal.

Ya dentro, el ambiente es tranquilo: da la sensación de haber encontrado un “nido matinal”, “para beber rocío para beber aroma” y preparar así la intensa jornada que está a punto de llegar…

Algunos leen en los pasillos, otros comen su merienda habitual. Podría decirse que es un espacio abierto, lúdico y recreativo, propicio para estudiar.

¿Qué es este lugar? ¿Quiénes van ahí? Preguntas válidas, no cualquiera conoce La Casa Anexa, el lugar donde los estudiantes de cuarto año en adelante de medicina, pueden recibir todos los servicios que brinda la Universidad, con la ventaja de la cercanía del hospital.

Desde 2016, la Casa Anexa beneficia a más de 190 estudiantes, con la intención de facilitar un espacio de formación académica en el campo de medicina.

El anexo, como también es conocido por todos, queda a solo tres cuadras del Hospital San Juan de Dios, lugar donde los estudiantes del Doctorado en Medicina de UNICAES realizan sus prácticas profesionales.

¿Te animas a llegar?

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             Maestra Wendy de Cardona                 Docente Facultad de Ciencias y Humanidades

En mi experiencia personal, la dinámica ha sido provechosa no solo por la disposición y capacitación constante en temas educativos, sino también por el interés de la institución en brindar una enseñanza universitaria integral, tal como lo expone el modelo personalista.

Mi experiencia respecto a compartir el aula con estudiantes que poseen capacidades especiales ha sido todo un reto, ya que no solo se traba de llegar e impartir contenidos, sino de acercarse a ellos con la empatía y la prudencia requerida para identificar sus necesidades educativas, de inserción al ámbito escolar universitario y, en algunos casos, establecer estrategias diferentes para su aprendizaje, según la carrera que han elegido.

 

 

 

 

 

 

                Maestro Francisco Javier Clemente              Docente Investigador Facultad de Ingeniería y Arquitectura

Recuerdo el caso de una alumna con problemas de audición que solicitó permiso para que su madre estuviera presente para transcribir la clase. Investigué cómo incluir subtítulos en todas mis clases, asegurando su plena inclusión. Con otros alumnos con dificultades de aprendizaje, busqué métodos personalizados, logrando excelentes resultados.

Ha sido un compromiso personal y profesional garantizar la inclusividad y accesibilidad de mis clases para todos los alumnos, incluyendo aquellos con discapacidades. Me esfuerzo por conocer a mis estudiantes, identificar posibles discapacidades o dificultades en el aprendizaje y ajustar el material didáctico para respaldar diversos estilos de aprendizaje. Además, investigo y aplico tecnologías que faciliten la participación de mis alumnos.

Considero esencial que como docentes y seres humanos aprendamos más sobre educación inclusiva y mejoremos la comunicación con estudiantes que enfrentan diversos desafíos. La inclusión es crucial para que todos se sientan valorados, y esta dedicación ha transformado la experiencia educativa, creando un entorno donde cada estudiante puede alcanzar su máximo potencial.